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| Somos basura... |
Imaginaos que una noche os llaman unos colegas para jugar al futbol.
Imaginaos que entre ellos hay una persona que no conoceis.
Imaginaos que conoceis a una persona genial. Esa persona.
Imaginaos que resulta que te enteras de que esa persona se siente atraída por ti.
Imaginaos que te sientes atraído por ella.
Imaginaos que vais a quedar 1 semana más tarde con un par de personas y ella estará.
Imaginaos que vais creando expectativas lo queráis o no.
Imaginaos que os empieza a molar.
Imaginaos que estais felices solo por pensar en esa persona.
Imaginad...
Imaginaos que llega ese día.
Imaginaos que, pese a cambiarse los planes, todo sigue en pie.
Imaginaos que vais con dos amigos, no dos colegas.
Imaginaos que es una espléndida y despejada noche.
Imaginaos que a esa persona no la imaginábais tan bella y espléndida...
Imaginaos que tienes las esperanzas justas de que esa será vuestra noche.
Tu noche...
Ahora, imagínate que llega un amigo, de los pocos y mejores que tienes a tu disposición y que supuestamente te iba a ayudar con la chica.
Imagínate que viene y te colapsa la noche, dejándote en segundo lugar, como si fueses prácticamente mudo, haciendo que cada intento de diálogo y cada opción se arrancar conversación se vean frustrados... Como si cada intento de acercamiento a esa persona se vea mucho más costoso de lo que es para ti.
Pero no hace falte que os lo imaginéis. No hace falta que te lo imagines.
Ya te lo cuento yo, que para eso lo he vivido.
Así fue mi noche del viernes.
He estado jodido desde entonces.
Y sigo igual, no precisamente a mejor.
Hablé con mi "amigo" y no saqué realmente nada en claro, a decir verdad.
A la chica no la he vuelto a ver. Y dudo que tenga ya interés en mí, dado que me he enterado de su mala impresión de mi, por el contraste que hubo del primer día a esa noche.
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| ...pero mientras seamos una basura feliz... |
Así que, damas y caballeros, la moraleja de esta historia es:
No siempre se tienen buenas oportunidades ni con las mejores primeras impresiones.
=J
