jueves, 27 de septiembre de 2012

¡Sorpresa!

Y entonces, no te lo esperas. Te puedes llevar un agradable susto.
Y me extrañó, me asustó, me aturdió, me confundió, pero sobre todo, me encantó.
¿Cómo reaccioné? No lo sé.
No tuve un espejo para ver mi cara tras leer su nombre.
Ni para ver mi sonrisa mientras abría el envoltorio.
Ni para ver mi rostro al divisar su contenido.
No tuve espejo para ver mis ojos leyendo la carta.
No tuve espejo porque ya me siento lo suficientemente reflejado en ella.

Gracias.
Una vez más.
Las que hagan falta.

Gracias.




=J

1 comentario:

  1. Por si no lo había dicho ya; me encanta como escribes deberías mostrar más aquella(s)cosa(s) que tú siempre la(s)llamas despectivamente ^^

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